domingo, 8 de agosto de 2010

CAPITULO 23º: EL GRAN CIRCO PRINCE QUE HIZO SU ESTANCIA EN MI PUEBLO

CAPITULO 23º: EL GRAN CIRCO PRINCE QUE HIZO SU ESTANCIA EN MI PUEBLO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950
Por aquellas fechas se le ocurrió al gran Circo Princes que venía de la vecina Portugal; en una de sus giras hacer una parada en mi pueblo; que para todos los niños nos vino muy bien tal acontecimiento.
La lona o carpa la pusieron en la explanada que dejaba el campo de fútbol situado bajo del edificio del Tiro; edificio que es de propiedad del ayuntamiento de Sevilla.
El nombre del Tiro le vino al gran edificio por ser el lugar donde tenía una cancha del tiro al plato y que algunos gustaban de hacer tiradas competitivas ejercitando la puntería los socios del Casino Central que disponían de licencia para tener escopetas. Mi padre era uno de ellos y le gustaba ese deporte olímpico.
Él solito se recargaba sus cartuchos; también practico alguna vez el tiro al plato en aquel majestuoso sitio.
Este grandioso edificio construido de piedras y ladrillo. Se hizo bajo las instrucciones y jurisdicción de un gran arquitecto Sevillano llamado Aníbal González.
Mi padre también intervino como albañil en la construcción de la torre. Al igual que todo el pueblo y otros limítrofes. y comento en una ocasión que salvo a un compañero que trabajaba con el en el andamio, de caer al vacío y despeñarse al sujetarlo por los hondillos y evitar una tragedia en el pueblo.
Allí en aquella gran explanada empezaron dos hombres a dar golpes con un ritmo simultáneo y con mazas de acero de cinco kilos sobre el gran clavo que tenía grandes rebabas en la cabeza.
Sobre esos grandes clavos sujetarían la gran lona que daría cobijo durante unas horas a todos los espectadores que vieran el espectáculo.
El gran circo tenía muchas clases de fieras, que al acercarte a las jaulas tenían un fuerte olor muy desagradable que te entraba por la nariz y te echaba para atrás: había tigres leones jaguares leopardos panteras negras y de todas las clases hasta la famosa y en fase de extinción: La panteras de las nieves con un hermoso rabo largo muy peludo y tiene su origen en Asia .en Cachemira o en los grandes picos del Himalaya en el Caracorun, donde están los bueyes almizcleros los ocho grandes picos de ocho mil metros de altura que remontara por primera vez el inglés Hilary junto con un sherpa del lugar que no me acuerdo como se llamaba; Creo que era algo así como Francis Hotman. Pero claro este se le oye mucho menos que Hilary a pesar de llevar la carga mas pesada de la espedicion.Pero ya se sabe: El que nace para martillo del cielo le caen los clavos.

También tenían elefantes, estos estaban metidos en un vagón y sacaban sus largas trompas por entre las rejas de una ventana de unos cuatro barrotes pidiéndonos algo de comer, nosotros no lo pensamos dos veces y le dábamos castañas que estaban por todas partes del suelo de aquel hermoso castañal y que depositabamos en el estremo de su trompa.Nos maravillaba ver aquella nariz prensil tan versátil con sus miles de musculos que succionaba las castañas que le poníamos en la punta de la nariz y se las comían con mucho apetito, de vez en cuando les alternábamos algún erizo sin sacarle las castañas o una pequeña piedra redonda que por alli se llaman chinas y que son parecida a una castaña.
el animal cuando se daba cuenta del engaño. con un fuerte resoplido nos lo enviaban sobre nuestros cuerpos a gran velocidad, que teníamos que estar atento, porque de lo contrario al que le diera le fastidiaba un buen rato, estos animales de tonto no tenían nada.

El alimento de las fieras era de una manera diferente. Los elefantes son herbívoros y las fieras carnívoras.
Me dijo mi amigo el Maqui que había visto muchos arrieros de todos los pueblos limítrofes traer a sus mulos y burros viejos algunos cojeaban y se les señalaban los huesos de los costillares y tenían las orejas caídas del peso de los años porque el dueño del circo se los pagaban a buen precio. La zona de Aracena y los picos de Aroche se quedo sin bestias viejas y las fieras se la comieron todas.
Luego me siguió contando que desde lejos pudo ver como uno de los empleados del circo les clavaba un enorme cuchillo por entre las dos paletillas y caían al suelo desangrados, donde poco después eran descuartizados y llevadas las piezas de carne con un carrillo de mano a las jaulas de las fieras hambrientas donde se las daban con un gran tenedor de mango largo por entre los barrotes.

Este espectáculo del sacrificio de los burros me lo perdí yo; cosa rara porque me gustaba meterme en todos estos berenjenales, pero quizás en ese mismo instante estaría haciendo alguna otra cosa.

Cuando ya estuvo todo montado vinieron las actuaciones y empezaron las funciones, mi padre compro unas localidades y allí vimos el espectáculo: Los osos amaestrados los monos y gorilas con sus gracias los payasos con sus chascarrillos los trapecistas el domador de fieras y toda una serie de actuaciones espectaculares que a al verlas por primera vez nos maravilló y sorprendió a todos los que allí estuvimos.

Después de dejar sin burros a Jabugo, levantaron el circo y se fueron con dirección a otra parte.
FIN DELCAPITULO 23º: EL GRAN CIRCO PRINCES QUE HIZO SU ESTANCIA EN MI PUEBLO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
UN SALUDO DE DON PEDRO JUNIOR (continuara)

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