miércoles, 29 de septiembre de 2010

Respondiendo a dedetruak. (despues de un paron de mi libro)

¡Hola¡ dedetruak : Estoy ordenando un poco mi libro, que lo veía manga por hombros y a la vez insertándole algunas fotos familiares de aquellos años 50 donde aparezco con mi familia.
He estado contemplando los rostros familiares que he ido poniendo en las páginas del libro y me gusta como ha quedado. Porque he procurado que mi obra guarde relación con esas fotos. Aunque estoy algo confuso porque no se que están mejor: ¿la belleza de las fotos? o ¿la belleza de mi obra?
Alguien dijo alguna vez: El trabajo que sea empiézalo con lentitud; y termínalo sin apresurarte, pero sin interrupción.
A mi parecer está quedando bien. Aunque siempre pensare que habrá alguien que sacándole punta le ponga pega. Todo es mejorable.
Creo que eso también es normal. Es más creo que es hasta bueno. Porque me indica que al menos ha sido leído y se han interesado.
Y diremos como Don Quijote: Deja que critiquen amigo Sancho: Es señal de que caminamos.
Y he de confesaros que hace muy pocos meses no hubiera creído que yo hiciera mi primer libro. Mi auto novela. Todas las cosas son imposibles mientras lo parecen.
Le dejo el trabajo al crítico literario para que se explaye. Y exponga lo que crea conveniente.
Yo no sabía que escribir un libro fuera imposible y por eso lo he hecho. Alguien dijo un día en mi pueblo: ¡oye¡ cortando cojones se aprende a capar.
A decir verdad. Cuando empecé lo hice con optimismo porque sabía que el optimista siempre tiene un proyecto y el pesimista una escusa.
Empecé con ilusión; Y esa ilusión despertó el empeño y solo la paciencia que le ponga lo terminara. Porque sé que la constancia es la virtud por la que todas las cosas dan su fruto.
Como veréis: Se habréis dado cuenta de que en el argumento de mi libro he empleando cierta sabiduría y de que me he expresando solo para la gente sencilla.y creo haber pretendido ser ingenio y divertido.
Y también he de confesaros que cuando empecé a escribir; tenía presente que todo en los siglos pasados estaba dicho y hecho ya antes y que solo había que decirlo y hacerlo en el preciso momento y el lugar idóneo.
CHARLES DICKENS: el hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta.
UN SALUDO DE : Don Pedro junior (CONTINUARA)

viernes, 10 de septiembre de 2010

CAPITULO 44º EL ARBOL DEL PASEO QUE TENIA ABEJORROS.

CAPITULO 44º EL ARBOL DEL PASEO
QUE TENÍA ABEJORROS
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
En el paseo de la carretera desde la parada del Saure hasta la Yutera había en la cuneta de la derecha unos árboles centenarios de tronco muy gordos y estaban pintados con una franja de metro y medio de anchura; con cal blanca para los faros de los coches reflejaran la luz de noche y tuvieran cuidado de no caer en la cuneta.
El árbol en cuestión era uno muy gordo que estaba al final de la fábrica de Sánchez Romero y Carbajal. Y frente a él y en la otra acera o cuneta estaba el árbol de las orejas de elefante que daba unos racimos de florecillas que después de esas florecillas salía una vaina como las habichuelas de 30 o 40 centímetros de larga.
En este árbol de las orejas de elefante. Era donde fabricábamos con sus grandes hojas caídas y secas en el suelo y que eran parecidas a los apéndices auditivos de un elefante africano; los pitillos pestosos que nosotros intentando simular a ser mayores empezábamos haciendo nuestros pinitos sin llegar a tragarnos el humo.
El árbol de la carretera de tronco gordo. A la altura de su copa tenía un agujero con un nido de avispas del tamaño tres o cuatro veces mayor que las normales.
Nosotros sabíamos que estaba allí y cuando queríamos que la gente saliera corriendo le tirábamos una piedra al tronzo que sonaba hueco y salían todos los avispones o abejorros volando y rezumbando sobre nuestras cabezas.
Había que andar listos; porque se te liaban en el cabello y chavaban unos grandes estiletes y bocaos. La única solución que tenia ante un ataque de uno de ellos rabioso que hiciera giro hacia ti. Era tirarse al suelo y hacerte el muerto; como en la plaza de toros.
Vi en una ocasión un documental que atacaban esos avispones a una colmena de abejas y poniéndose en la entrada de ellas le pegaba un bocao a cada una y diezmaban la colmena consiguiendo tener el sitio libre para entrar al panel y comerse la miel.
Los que sabíamos dónde estaba el agujero andábamos siempre al tanto de los abejorros y del gracioso que le tiraba una piedra al tronco.
Pero al que no sabía nada del rollo se llevaba un buen susto.
Por debajo de los arboles por la fresquita paseaban todo el pueblo.
Las niñas iban en grupos y los niños a nuestro aire.
FIN DEL CAPITULO 44º EL ARBOL DEL PASEO
QUE TENÍA ABEJORROS
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Un saludo de DON PEDRO JUNIOR (CONTINUARA)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

CAPITULO 43º EN JABUGO CAEN LOS GORRINOS DEL CIELO

CAPITULO 43º EN JABUGO CAEN LOS GORRINOS DEL CIELO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
En Jabugo corrió la noticia de que caían los cochinillos del cielo.
Y aquello fue cierto. Era un día por la fiesta de San miguel. Y en la calle de las Escuelas; estaban montados todos los puestos de la feria: Había puestos de turrón del pueblo extremeño de Castruera (Badajoz).
Venia un hombre con una mesa de tijera que ponía en el paseo un artilugio que colgaba de una guita un botellín de cerveza de la Cruz del Campo, y en su perpendicular ponía un palito de pié sobre la mesa; que había que tocarle con el botellín en la trayectoria de vuelta cuando hacia su ciclo completo de ida y vuelta.
Cada lanzamiento de ida y vuelta costaba una perra chica. Y si tumbabas el palo te daba una peseta. El reto era tentador, pero no había forma de tirar el palito dichoso.
El hombre primero te hacia una prueba y siempre acertaba tumbando el palo.Nunca puede conseguirle el truco a aquel hombre. No sé si estratégicamente movía una pata de la mesa levantándola y dejándola inclinada lo suficiente para que le diera el botellín al palo o tal vez él se ponía el palo a su gusto en un sitio ya estudiado. No lo pude averiguar nunca.
En la plaza de abastos pusieron también las barcas. Que consistía en montarse uno enfrente del otro y a modo de péndulo íbamos remeciéndonos hasta llegar a conseguir buena altura. Algunos más osados llegaban a dar la vuelta completa. Aunque el hombre estaba al tanto poniéndole el freno de palanca y trozo de goma de neumático de camión debajo en la quilla para que no se elevaran tanto.
Mi amigo el Maqui le tenía que decir que parara de empujar la barca. Cuando superaba la horizontal; porque me mareaba y cerraba los ojos inclinado la cabeza hacia el suelo. Yo no serviría para astronauta.
Había un puesto de tiro con carabina de aire comprimido; Este venia del pueblo de Hinojales y fabricaba los balines de plomo allí mismo en su puesto, derritiendo la tubería de plomo y con un molde fundía y fabricaba los perdigones, Algunos del pueblo le proporcionaba la materia prima y hacia cambalaches con él de: Tanto kilo de tubería de plomo por una cuarta parte de perdigones. O sea Por un kilo de tubería; trescientos gramos de balines.
Esta operación la solía hacer uno que era mucho más mayor que yo y que no pienso delatar. Pero que me pedía a mí; La materia prima. Engañándome como a un lugano; diciéndome: que me iba a traer pajaritos y me iba a llevar a cazar con una escopetilla de aire. Yo caía incauto como un zorzal en una hormiga con ala (alúa).
A un niño que fácil es engañarle.
Y sin que se enterara nadie; Yo iba al doblado donde tenía guardado mi pobre Padre la tubería de plomo para poner un grifo en el tinao y le quitaba un trozo y se lo tiraba desde el balcón, abajo al suelo de la calle donde estaba el “pieza” aguardando el material y se iba con sus buenos amigos que tanto lo estimaban y que eran de sus edad. No sé si repetí dos veces la misma operación con trozos de una cuarta de largo. Porque llego el momento en que me di cuenta.
Como niño tarde barios días en enterarme que estaba siendo manipulado y como ni me llevaba a cazar ni me traía ningún pájaro le dije con viento fresco; que se había enterado mi padre que le faltaba plomo.
A mí me gustaba tirar a la escopeta de aire en el puesto. Lo que pasaba es que en mi casa me daban poco dinero para balines y Debía de haberme dado cuenta antes y hubiera hecho mejor el cambalache con el dueño del establecimiento. No sé si lo pensé alguna vez pero me frenaba el hecho de que el hombre era de Hinojales igual que mi madre. Y si me delataba había San Palermo para rato.
Las escopetas de los puestos tenían el muelle flojito y el punto de mira y el alza estaban doblados y no había forma de partir ningún palillo de diente.
Alguien dijo una cosa tal como así: QUIEN CONSIGUE ALGO CON MALAS ARTES. LO PIERDE TODO. Y SI NO SE LO CREE: SE PIERDE ÉL Y LO QUE HA COGIDO.
A mi pobre Madre en Sevilla a lo largo de su vida y por ser una mujer viuda y con siete hijos y tres nietos. Algunos truhanes intentaron hacerles daño. De hecho una vez un heroinómano le robo el instrumental cuando iba a inyectar a los enfermo a sus domicilio. También le quitaron por el método el tirón el bolso y la arrastraron por la acera y una vez metió a pintores en su casa y le robaron 60,000 pesetas que tenía preparada para pagarles. Todas estas picarescas maligna de hoy en día me las contaba mi madre y yo le decía: !Mama¡ ¿dime quien ha sido? Dime quien ha sido que en la calle yo lo ligo y se le da un escarmiento. O se les da conocimiento a las autoridades para que lo sepan. Y mi pobre Madre me decía: No hijo eso no. Represalias o venganzas eso si que no. DEJALO QUE EN EL PECADO LLEVA LA PENITENCIA. Esta frase se la oí repetir muchas veces. Cada vez que le hacían una trastada.
No llegaba a comprender el significado de aquella frase. Como mi madre tenía tanta fe cristiana. Creí que se trataba de alguna oración o frase hecha.
Pero con el tiempo y recapacitando llegue a la conclusión del significado de lo que me quería decir. Y estaba claro que lo que mi madre me decía con su mensaje es: Que si al truhán se lo deja después de haber hecho su fechoría; se crecerá y seguirá haciéndolo cada vez más y mejor y perfeccionándose con muchas más gente incauta e inocente. Pero todo el mundo sabe que ese camino tiene corto el trayecto y que el ladrón tiene las patitas muy cortas y algún día lo cogerán y dará con sus huesos en la cárcel. (O sea que él solo al cometer esos atropellos ya tiene y lleva su penitencia en esos actos que va sumando) !Flaco favor el que se le hace a esos desdichados¡

Había a lo largo de la calle varios puestos más; y las cunitas estaban instaladas en al final de la calle; en el patio de recreo de las Escuelas. (A las cunitas en Sevilla se les llama las calesitas)
Me sentaba en una cunita de aquellas y daba vueltas y vueltas y solíamos empujarnos unos a otros dando un fuerte empellón con los pies al que se sentaba delante de nosotros y las cuatro cadenas tan largas aguantaban lo suyo.
Ha mediado de la calle y al lado de donde está la fuente hay un callejón con techo o pasaje que va cuesta abajo a donde vivía Hortensia la del pan y en esa misma calle ha mediado de ella, pusieron en tiempo una discoteca.
La entrada al callejón también estaba casi tapada por un puesto de juguetes y mira por dónde; en el techo de aquel pasaje tenía un hombre unos cochinos engordando esperando la Montanera. Con tanto ruido de puestos y cacharritos y de bullicio de la gente; Los cerditos se pusieron nerviosos y rompieron la tela metálica precipitándose al vacío desde ese doblado, y cayendo en lo alto de la lona del puesto.
La gente no daba crédito a lo que pasaba pero se fue corriendo la noticia de que en jabugo caen los guarros del cielo.
PLATON dijo: EL SABIO HABLA PORQUE TIENE ALGO QUE DECIR Y EL TONTO HABLA PORQUE TIENE QUE DECIR ALGO.
FIN del CAPITULO 43º EN JABUGO CAEN LOS GORRINOS DEL CIELO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.

lunes, 6 de septiembre de 2010

CAPITULO 42º EL FUEGO QUE HUBO EN EL PUERTO

CAPITULO 42º EL FUEGO QUE HUBO EN EL PUERTO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
En el Puerto; que es la zona más alta del pueblo y orientándose hacia el camino que va hacia abajo a la Orihuela. Se puede divisar el castillo de Cortegana y Almonaster la Real y todos los pueblecitos de alrededor.
La carretera del Puerto se dirige hacia La pedanía del Quejigo y continúa hasta Santa Ana la Real y el Castaño del Robledo y Alájar que es donde está la Peña de Los Ángeles. Romería de la Sierra de todos aquellos pueblecitos de los días 8 y 9 de Septiembre.
Un día tórrido de verano sonaron las campanas con mucha fuerza e incesantemente; tanto que creo que fue el día que se rajo la campana mayor. Bueno si no fue ese día seria el día que murió el Papa Pio XII.
Las campanas de mi pueblo tienen unos sonidos o toques especiales: unas veces tocan a difunto y se distinguen en su sonido si es hombre o mujer la que ha fallecido.
También cuando es una emergencia: como en el caso del incendio del Puerto.
Todo el pueblo se apresuro a ese lugar con el fin de hacer cortafuegos e impedir que las llamas continuaran arrasándolo toda la arboleda de castaños y prendiera el sotobosque de aulagas romero y la resinosa jara.
Por aquella fecha no había retenes de bomberos ni camiones cisternas ni hidroaviones ni helicópteros que apaguen el fuego. Solo se sofocaba con la el voluntariado del pueblo y se estaba más concienciado de lo que suponía que el campo ardiera.
El puerto quedo arrasado por las llamas. Toda la zona de la izquierda de la carretera con dirección a Alájar quedo desolada. Llena de tizones en punta de las jaras y de las aulagas que si se pretende andar por aquel desolado sitio te manchas de negro y no ves ni un solo animal viviente. Este dantesco aspecto de muerte; que queda después de un incendio forestal dura muchos años en que se restablezca el verdor que tubo y se ve durante años todo el suelo negro y en cenizas.
Desaparece la capa superior (capa freática) que en los meses de lluvia frena las avalanchas. Pero que al no tenerla erosiona la tierra y se lleva todas las pequeñas raíces superficiales de hierbas y en definitiva del manto que cuida que la tierra quede desnuda.
Las personas corriendo despavoridas al correrse la voz de donde procedía el fuego.
Si dirigías la vista hacia el lugar del siniestro. Podías apreciar la columna de humo que ascendía hacia el cielo.
Los hombres cogían el azadón y otros la pala y otros escobones fabricados de ramas de varetas y una vez en el campo trataban de sofocar el foco del incendio.
Las campanas de la torre no cesaban de sonar hasta que no viera el campanero que se haya calmado el humo.

FIN DEL CAPITULO 42º EL FUEGO QUE HUBO EN EL PUERTO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Un saludo de DON PEDRO JUNIOR (CONTINUARA)

domingo, 5 de septiembre de 2010

CAPITULO 41º LA VISITA A LA GRAN FÁBRICA Y OTRAS COSITAS MÁS.

CAPITULO 41º LA VISITA A LA GRAN FÁBRICA Y OTRAS COSITAS MÁS.
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Una vez nos invitaron a ver la Gran fábrica de Sánchez Romero Carvajal.
Éramos pocos; quizás cinco o seis y nos enseñaron en las bodegas donde colgaban los extraordinarios perniles y veíamos como movían unos medio bidones cargados de troncos de encinas ardiendo y tirando de él lo movían de un lado para otro con el fin de ahumar o secar esas carnes que estaban en alto colgadas de alcayatas sobre maderos de castaños.
Pasamos por distintas zonas de despiece y sobre un mostrador pudimos ver un montón de riñones todos iguales como si fueran piedras lavadas de la ribera. En Jabugo llamados chinas.
También al final del recorrido pudimos ver una piscina que tenía en su interior un gran montón de altramuces mojados. Que no se qué significado podía tener tanta cantidad de (chocos). Posiblemente podría tratarse de la última voluntad del animal antes de morir.

El autobús de línea regular que va hacia Sevilla un día yendo por aquellas curvas tan peligrosas y con aquella pendiente que acelera el coche sin tu querer. Se quedó sin frenos a mitad de la carretera de Galaroza mucho antes de la intercesión con la general que va al Rosal de la Frontera.
La pericia y el talento del conductor evito un desastre irreparable.
El conductor alertó a todos los viajeros y les dijo: ¡que no cunda el pánico¡ ¡La zona de la derecha levantaros de los asientos¡ y tiraos sobre el suelo del pasillo o sobre los asientos de la izquierda.
Pretendo frenar el autobús metiendo las ruedas derechas en la cuneta y rachear sobre la pared el costado derecho del autobús.
No quedo ni un solo cristal en las ventanillas y el autobús llego a quedarse inmóvil después de perder casi todo el lateral.
No hubo que lamentar ninguna víctima solo rasguños de cristales sin importancia.
Pero el desastre hubiera sido peor de no haber tenido la genial idea ese conductor. Porque en la zona de la izquierda solo hay un precipicio de muchos metros de profundidad y que daría vueltas y más vueltas por todos aquellos huertos de hortaliza hasta llegar a la rivera. Y si por el contrario hubiese llegado a la carretera general sin saber a qué velocidad podría haber alcanzado en ese sitio. Bueno mejor no pensarlo.


Desde la yutera vino un niño todo embadurnado de negro de alquitrán. Parecía un Conguito relleno de chocolate. Tan solo se le podía apreciar los ojos que con mucha dificultad abría y cerraba.
Decía que se había caído en un bidón de brea o nafta del asfaltado que estaban echando en la carretera.
Lo traían dos muchachos corriendo y se metieron por la calle de Portugal o Lisboa o por ultimo creo que llama Silencio. Allí dentro de aquella calle sin salida era donde vivía el chichillo. Después salió la madre desconsolada y se lo llevaba al dispensario para que lo curaran porque se podía quedar la piel sin respirar y causarles graves problemas.
Con aceite de oliva le quitaron el Chapapote y luego quedo como una anécdota más.

Subiendo por una calle empinada que baja hacia las Escuelas y por allí arriba. Vivía el más aplicado de la clase. Don francisco siempre lo ponía como ejemplo diciendo: Muy bien Sotero o Zoilo. (Creo que era Sotero su nombre).Aunque tengo mis dudas porque son los dos nombres tan parecidos .
Era de estatura baja y siempre lo sacaba a la pizarra y le había asignado una banca en la primera fila.
Y le decía con asiduidad:” Eres el mejor”; que siempre me traes los deberes hechos de casa. Tú serás alguien el día de mañana. No estos zoquetes que cuidaran pavos y cochinos toda su vida.
Me vine para Sevilla y no sé qué fue de aquel chico, ni de todos los demás.

FIN DEL CAPITULO 41º LA VISITA A LA GRAN FÁBRICA Y OTRAS COSITAS MÁS.
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Un saludo de DON PEDRO JUNIOR (CONTINUARA)

viernes, 3 de septiembre de 2010

CAPITULO 40º LA IMPRONTA DEL CELEBRO

CAPITULO 40º LA IMPRONTA DEL CELEBRO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.

Al igual que un pollito se le enseña enganchado en el extremo de un palo un trapito colorado; y se le mueve sobre su pico nada más nacer, o acabadito de romper el huevo.
Se experimenta en el pollito una reacción. Que solo andará y se guiara por aquel trapito rojo que vio por primera vez en su vida. Donde valla el trapito ira él.
A este fenómeno natural se le llama La impronta del celebro. Y todos los seres de la tierra la tienen.
Los humanos también la tenemos.
Mi tía Mariquita la más pequeña de mi Abuelo Pedro (que en p.d.) Me trajo de Hinojales una collera de pichones blancos. Cuando yo era muy pequeñito. Y mi impronta se lleno de las aves.
Yo quede maravillado de tan lindos animalitos que tan voraz comían trigo y cebada de mi mano y se fueron poniendo grandes.
Mi padre le busco un alojamiento en el doblado que tenía una ventanita que su postigo habría hacia el patio del pozo.Era una pequeña habitación que estaba situada encima del cuarto de baño que acababa de contruir mi padre con inodoro lababo y todo.
Allí metí las dos palomitas blancas que se iban y volvían volando por todo el pueblo y siempre regresando al mismo sitio donde yo las puse.
Las palomas siempre tenían su comida y su agua; porque mi padre me trajo un saco de trigo de Valdelacana. Y yo le ponía agua y trigo todos los días y su postigo siempre permanecía abierto.
Y para corresponder a aquel regalo que me había traído de hinojales mi tía Mariquita(que en p.d.); mi padre me exigió como primer deber: El que nunca por ningún motivo le faltaran su agua limpia su trigo o cebada para que comieran diariamente y nunca se murieran de hambre las palomitas.
Y yo cumplí mi promesa de alimentarlas y cuidarlas a diario.
Un buen día desaparecieron y no volvieron más.
Alguien me dijo que eran las dos hembras y que los palomos rateros se las habían llevado a otro palomar.
Yo quede muy triste y mi padre para alegrarme. Hablo con un hombre que vivía en una casa que había detrás del Casino Central y me trajo en una caja de zapatos otra collera de pichones azules Valencianos buchones con el pelito o pelusa rubia que iba perdiendo a medida que crecían los cañones de las primeras plumas.
Otra vez me ilusione y me llene de alegría con ellos y se pusieron grandes en muy poco tiempo. Metiéndolos en el mismo lugar que metí a las palomas blancas.
Pero esta vez no quería que se me fueran a otro palomar y le puse a la ventana una tela metálica para que no se fueran volando.
Allí criaron y se multiplicaron los pichones. Y quería que volasen en libertad y les abrí la tela metálica. Ellos iban y venían y se a posaban en el tejado y me traían a mas palomas con otros colores de plumas distinto de otro palomar y seguían haciendo nidos. Y yo me pasaba las horas y las horas observándolas y poniéndoles nombres para distinguirlas unas de otras.
Siendo yo tan pequeño debió de influir en mi mente aquella impronta de tal manera que era muy grande el gozo que experimentaba la atracción que me brindaba las aves que había en los arboles de las lomas, colinas, solanas y umbrías remansos de barrancos, y vegas de riberas.
Sentado en el quicio de mi puerta o tumbado a lo largo del umbral. Veía pasar a ras del suelo las golondrinas que hacían unos quiebros asombrosos para poder coger en pleno vuelo los insectos que salían volando; de los cagajones (excrementos) depositados en medio de las calles empedradas y que proceden de las vestías.
Esos insectos servirían de alimento para las crías hambrientas que aguardaban en sus nidos construidos con barro rojo y pegados en los maderos de los techos de los doblaos; de las casas que dejaban las ventanas entre abiertas para que se oreara aquel desván y penetrara la luz solar.
Pasaba largas horas soñando y mi imaginación llegaba tan lejos que me creía que era una de esas veloces aves que nos visitan todos años por primavera.
Soñaba despierto y volaba de esa forma y con esa hiperactividad dando asombrosos virajes y quiebros que giraba en las esquinas a unos metros del suelo y a ras del suelo con mis brazos abiertos y la gente se admiraba de mí. Creándome cientos de historietas en mi mente. Y cuando me cansaba hasta me a posaba en los cables de la luz.
Soñaba despierto en aquel umbral de mi casa y sin darme cuenta de que yo en mi imaginación estaba dando a luz al Superman que pocos años después salió impreso en las historietas del famoso Comic americano.
FIN del CAPITULO 40º LA IMPRONTA DEL CELEBRO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Un saludo de DON PEDRO JUNIOR (CONTINUARA)

(¿PORQUE ESCRIBO AQUÍ?) RESPONDIENDO A LAS DOS PREGUNTAS DE dedetruak

CON FECHA : 28/04/2010 ESCRIBO:
Respondiendo a dedetruak
Del escrito que me hizo el día 24/04/2010
¡Hola ¡ dedetruak nº afiliación 4151414
Perdona creí que estabas en el Ajo pero veo que vas por otra parte. Y te había confundido con otra persona.
Concretamente con el administrador de este Foro que me había retirado mis escritos en los que identificaba a los amigos de correría.
Tratare de complacerte contestando o respondiendo a tus dudas.
En la pregunta que me haces de ¿Para quien escribo?

1º Escribo: primero porque me gusta escribir y le saco satisfacción a mi escritura.

2º Escribo: porque sin ser literato ni periodista ni licenciado en filosofía y letras y en concreto sin haber escrito nunca nada. Me creo tener imaginación y valor para plasmas mi escritura sobre el papel.

3º Escribo: porque al no sentirme contaminado ni influido por ningún otro escritor que ejerza en mì predominio alguno ni fuerza moral. Me he imaginado que podría tener aceptación entre mis lectores.

4º Escribo: porque soy autor y participe directo de todo lo que aquí pongo. O sea: Con mi escritura les doy a mis paisanos una autobiografía que fui impuesto a vivir en unas circunstancias especiales de un pasado lejano que ya no volverá.

5º Escribo: creyéndome que los padres que me lean y que están ahora en la tarea de criar educando a sus hijos puedan sacar algo provechoso de todas las experiencias que me tocó vivir en un mundo rural antiguo y con unos pormenores especiales en mi propio caso.

6º Escribo: para que los docentes que tienen la dura tarea de enseñar. Obtengan con mi experiencia datos y de alguna manera puedan instrumentar buenas cosas para que sus alumnos no vayan por otros derroteros que los desvíen del camino recto hacia el éxito escolar.

7º Escribo: creyendo que al ser tiempo pretérito debemos de pasar pagina pero no olvidarlo ni ignorarlo para que de esa forma no se vuelva a repetir.

8º Escribo: de una forma altruista y sin ánimo de lucro. Sin esperar nada a cambio. Solo críticas y reproches por algún resbalón o borrón que cometa.

9º Escribo: con todo lujo de detalles para aquel niño que tiene curiosidad de saber ¿como se lo pasaron las personas mayores? cuando eran adolescentes y les tocaron vivir en un tiempo con tanta precariedad y escasez; Producido por una reciente y de las mas crueles. (Guerras civiles) que puedan existir.

10º Escribo: Porque creo tener un amplio argumento de conocimientos con un contenido interesante que los críticos literarios se encargaran de evaluar. Y los correctores de corregir.

11º Escribo: esperanzador de que alguien del mundo del cine pueda ver en mis renglones unas buenas historias o argumento interesante para poner sobre el formato del celuloide.

12º Escribo: imaginando que salgan muchos extras y actores de Jabugo. Siendo sabedor de que debido a la trayectoria teatral de mi pueblo; Representarían mi guion muy bien y hasta con nota de sobresaliente

13º Escribo: Para que los niños que me lean sepan distinguir lo que está bien y lo que está mal.
Sabiendo lo que se hizo mal ya tienes lo que sería bien.

14ª Escribo: Porque deseo recordar mis vivencias a los que estuvieron conmigo en aquellos lejanos años y de esta forma hacerles pasar un buen rato y recordarle que: “Cuanto más pasan los años saben mejor los recuerdos”

15º Escribo: Para ti dedetruak que me animas a escribir junto a tu cuestionario de preguntas. Aunque no sepa nada de ti y tú ya sabes todo de mí.
Hay una gran diferencia ¿verdad?

En la otra pregunta que te haces o me haces de ¿SI CONOZCO A ALGUIEN EN JABUGO?
Te diré: Tengo amigos y tengo hasta familia: Concretamente dos primos hermanos que son los hijos de una hermana de mi Padre.
Ella se llama Rosario y el Guillermo. Aunque no nos hemos tratados por desavenencias familiares. He de confesarte que estoy abierto a cualquier relación familiar que podamos reanudar. Y no quisiera ser yo el único de mis hermanos que quede por romper el hielo. No tengo motivos para seguir esta enemistad que generaron nuestros seres queridos y espero estén abrazándose juntos en el cielo.
Lo que no tengo son propiedades en el pueblo. Y eso ya te limita a ir.
Mis padres se desprendieron de ellas al trasladarnos a la Ciudad. a saber: El olivar del Puerto se vendió a Luis el Municipal en 1962 por 100,000 pesetas de las de entonces. Valdelacana en el Repilado se vendió en el año 1959 por un millón y setescientas mil pts. de las antiguas ptas. Y la casa en la Calle Talero Nº 12 se vendió por 15 millones de ptas. Concretamente el 11 de Septiembre. Coincidiendo con el mismo día y a la misma hora en que Estados Unidos estaba siendo victima del terrorismo. Con las dos torres gemelas.
Fue también fruto de la casualidad. Que cuando salíamos del Notario en el Pueblo de Carmona (SEVILLA): Mis hermanos mellizos y mis hermanas mellizas y el resto de la familia decidimos almorzar en una pequeña salita de un restaurante junto a la puerta de Sevilla que casi no cabíamos y que tenía un ventilador arriba en la pared orientado hacia la acera de la calle.
Yo le decía en plan de broma a mi cuñado: “Comandante” pon rumbo a New York que aquí hace mucha calor y el accionaba el ventilador que incrementaba su ruido conforme iba acelerándose a semejanza a un motor turbo reactor de un avión comercial.
Cuando terminábamos de almorzar nos enteramos del desastre que paralizó al mundo entero.
Bueno creo que te he dado sobradas respuestas a tus dudas, con amplísimos argumentos que te habrán convencido.
Te puedo contar mucho más por ejemplo: como se hizo el reparto del dinero de las ventas y a donde fueron a parar. Pero considero más sensato prudente y discreto contártelo cuando nos hayamos presentado y sepa tu nombre de pilas y tomemos unas copas juntos en el bar de Angelito. Con su vino blanco que al hombre lo pone alegre y lo hace predicador La primera la pago yo.
Y mis amistades son todas las de mi generación.
Voy a tratar de enumerártelos para seguir satisfaciendo tu ansiada curiosidad y que me perdonen aquellos que seme queden en el tintero.
Empezare por un matrimonio formado por Mariquita Gómez y Manuel Peneque. Que tan generosamente me ofrecieron su amistad que yo se valorar.
Después esta la familia política de mi hermano Jorge: Rosario y su hijo.
Luego una serie de parroquianos que desde estas letras quisiera agradecer los gestos que tubieron conmigo.
Y mencionare dos de ellos
El primero el gesto hospitalario que tuvo lugar en una tarde de verano en el Casino Central. Invitándome a jugar al domino en una mesa donde estaban conjuntados cuatro compañeros, verdaderos catedráticos de este juego y admitirme a jugar siendo un novato como yo, que solo sabia colocar la ficha. Y lo mas normal es que nadie se aclare quien tiene el 6 doble y el pobre del compañero que esperaba como agua de Mayo la fichas que yo le podía dar; Pero como no sabia jugar no se la daba y perdíamos las jugadas. También llegue a ahorcarme el seis doble yo solito quedándome solo 3 seis que poner y entre ellos estaba el 6 dobles.
¡Que valor hay que tener¡ Para ponerse a jugar al domino con los que saben y ¡Que paciencia y templanza y tolerancia¡ para soportar al novato que te ha tocado de compañero.
No se como no se levantaron y me dejaron recapacitando allí solo en la mesa. O me tiraron todas las fichas en mi respetable calva.
Aguantaron estoicamente. Eso si solo hasta 30tantos. (Faltaría más)
¡Gracias¡ paisanos por dejarme jugar sin tener idea del juego. ¡Sois Maravillosos¡ ¡Que Dios os bendiga¡
Y agradecer a Manuel Pinto el gesto que tubo conmigo y con mi hijo mayor de descubrirle en su finca el cofre con los secretos que teníamos guardados y enterrado duarte más de 50 años. ¡Gracias Manuel¡ ¡Eres puro¡. Y aun se podían apreciar las reliquias de mi horqueta de olivo, la flauta semi podrida de su hermano Antonio fabricada de la corteza de vareta de castaño, el trabuco fabricado con trozo de rama de un árbol que crecía en la fuente Quino y que vaciado su tuetano y accionando una vareta de olivo bien ajustada a su anima; comprimia el aire lanzando unos pequeños tapones de corcho y una rueda de cojinete totalmente irreconocible del carro de los dos hermanos Minutos corroída las bolas por el oxido. Debio de tratarse de la rueda de repuesto.
Manuel no te olvides de darle recuerdos a tu primo Miguel. Y a tu hermana Mª Victoria.
Para terminar de detruak. Lo hare con una de las frases hechas y que vienen a cuento: El hombre y la vaca nó es de donde nace sino de donde pace.
Un saludo de: (Don Pedro Junior) Continuara.

jueves, 2 de septiembre de 2010

CAPITULO 39º EL DIA DEL DISCURSO DEL MINISTRO FRAGA

CAPITULO 39º EL DIA DEL DISCURSO DEL MINISTRO FRAGA
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Un día se presento en el pueblo un ministro de Franco. Que al parecer debió de tratarse del señor Fraga Iribarne.
Recuerdo ver al señor ministro en el balcón largo del centro del Casino Central.
El hombre dijo sus buenas y largas parrafadas a todo el pueblo que atentamente estaba concentrado en el paseo escuchándole.
Creo que debió de mencionar y felicitar a los buenos artesanos profesionales que fabricaban esos maravillosos y exquisitos perniles de la afamada fabrica de Sánchez Romero Carbajal.
Allí en aquel improvisado púlpito hizo el hombre gala de sus dotes oratoria y de su largo discurso político.
Al final todos aplaudimos y vitoreamos al señor Ministro y a Franco y ¡Viva España¡
Si hay algún valiente y generoso que discrepe al leerme y quisiera intervenir; corrigiéndome u opinando; diciendo que no se trataba de este Señor Ministro de exteriores. Sino de un Gobernador Civil o de otro personaje político. Que lo diga por favor y si no. ¡Qué calle para siempre¡.
Con esta información de Fraga; tengo mis dudas porque no he podido contrastar ni comprobar nada. En definitiva no estoy seguro de ella.
De esta forma haciendo este llamamiento. Lo que pretendo es corroborar la veracidad que ustedes me confirméis. Lo que vi cuando niño en mi pueblo un día en el paseo; frente al ayuntamiento de hace más de cincuenta años.
Un espectáculo como este también lo vi o se repitió con mis doce años cumpliditos. Pero esta vez fue cuando ya mi familia estaba establecida en la gran metrópoli de Sevilla.
Yo me encontraba esperando el gran espectáculo de ver al Generalísimos de los Ejércitos; en la gran avenida que va desde Los salesianos de la Santísima Trinidad hasta el caballo o estatua del Cid Campeador: Don Rodrigo Díaz de Vivar. Que está enfrente de la Universidad de Sevilla. Casi en la puerta de la Plaza España y el mismo parque de María Luisa o parque de Los Mompansier.
Concretamente estaba situado en primera fila enfrente de la clínica del Doctor Recasens en la acera de los jardines de Murillo.
Por aquella gran avenida tenía que pasar el Gran Jefe o Generalísimo Franco para inaugurar el puente que llevaría su nombre mientras vivió. Porque después el puente cambio de nombre como todo lo que huele a Franquismo y totalitarismo o autarquía o directorio o represión dictatorial.
Actualmente recibe de un plumazo una orden y automáticamente se le cambia el rotulo llamándose Puente de Virgen de Lujan.
Cuando me encontraba esperando al Generalísimos. Yo creía que toda Sevilla lo esperaba con alegría y reconocimiento y que todo el mundo estaba con él.
Pero pasado el tiempo me di cuenta que todo era una falsa. Como toda la hipocresía que había visto y vivido hasta entonces.
Todos absolutamente todos le levantábamos el brazo y le vitoreáramos cuando pasaba por aquella gran avenida llamada Menéndez y Pelayo.
Todo era mentira y lo que realmente deseaban la gente no era a ese hombre ni el tinglado que tenía montado; sino todo lo contrario.
Con los ojos y la compresión de un niño de doce años; no podía comprender nada. Solo que venía un gran Señor y que era el Jefe de todos los Españoles. Y que se hacia lo que el mandaba y punto.
Ahora después de pasados los años y retrotrayéndome a la vez a aquel momento. No hago más que preguntarme ¿Dónde estaban los comunistas los anarquistas los socialistas los republicanos los tronquista los leninistas los demócratas progresistas o los de Pablo Iglesias (socialistas) y los no conservadores etc. ? . Seguro que estaban junto a mí; a mi lado derecho o izquierdo o detrás mía o dos filas más atrás de mí; levantando el brazo y vitoreándole cuando pasaba con su Roll Royce descapotable de color negro brillante y en pie y con su brazo derecho en alto.
Fueron pasando los años y me fui dando cuenta que los que verdaderamente no querían aquella falsa estaban en Suiza en Alemania en Bélgica en Francia. Y que venían periódicamente a su tierra de vacaciones trayendo un cochecito utilitario llamado Escarabajo de la casa Wolswagen o un Renaul Gordini y una vez en sus pueblos o en sus ciudades o en sus puntos de partida. Contaban como les iba por aquellas tierras de emigración y se podía escuchar cosas como estas:
Aquello es otra cosa distinta a la que se vive aquí.
Aquello no tiene ni punto de comparación con esto.
Aquello es un paraíso para el trabajador que quiere trabajar.
Allí el trabajador tiene sus derechos reconocidos.
Allí todo el mundo tiene trabajo.
Allí hay tolerancia en el trato con el jefe de taller.
Allí no te están atosigando ni persiguiendo ni sientes el azote de que te vigilen.
Allí tú cumples con tu trabajo o cometido asignado y nadie se mete contigo. Al contrario te incentivan si lo haces bien.
Allí no hay tirano con el látigo. Porque se han dado cuenta que si los hubieran. Cuando el tirano se diera la vuelta harían lo contrario de lo que les obligan hacer y por lo tanto no hay tirano.
Allí por no tener tiranos; trabajamos más y mejor. Y ponemos toda nuestra fe y empeño en la empresa.
Allí si queremos trabajar más. Nos dan horas extraordinarias. Pagadas a mejor precio.
El marco alemán vale más de 40 pesetas; y allí nos pagan el salario en marcos.
Y nos lo traemos para España y lo invertimos en comprar licencia para un Taxi o comprar un local comercial o una parcela o una nave industrial o un pisito en la playa o un apartamento etc.
Allí el trabajador cuenta con un sindicato de los trabajadores que vigilan por los derechos del trabajador.
Allí hay muchas fábricas echando humo y muchos puestos de trabajo para el que quiera trabajar. Se hacen televisores de varias marcas Telefunken etc. Maquinas de escribir. Maquinas de coser, Coches de la marca Opel o Mercedes o WolWagen. Frigoríficos Siemens y otros muchos más electrodomésticos. En suiza se fabrican los vagones y maquinarias de los trenes. Y un sinfín de cosas más.
Además todos los trabajadores tienen hecho un convenio de trabajo con el patrón de su empresa y hay un comité de vigilancia; que son los encargados de que ese convenio se cumpla.
Una persona muy querida por mí. En uno de sus viajes que vino de Alemania me contó; que su hijo David había encontrado unas gafas en un banco de un pequeño parquecito de barrio. Uno de esos parques que se encuentran por todo Estucar o Frankfurt. Y la criatura se dirigió a su padre diciéndole: ¡Papa¡. Mira lo que hay allí en ese banco. Y su padre vio que se trataba de unas gafas de patillas doradas y de lentes graduadas.
La intención más inmediata que tubo fue las de llevarse las gafas a un lugar que él creía lo más prudente. Era una casetilla donde estaba un municipal. Que custodiaba el parque.
Cuál sería la sorpresa. Que él municipal le dijo!: Mal hecho¡ Ahora es cuando el dueño ha perdido sus gafas. Si usted o su hijo la hubieran dejado donde estaba. El dueño; que posiblemente lee el periódico en ese mismo asiento. Hubiera vuelto al mismo lugar y se las encontraría allí.
Pero actuando usted así; posiblemente creerá que las ha perdido o lo que es peor que se la hayan robado.
Estas cosas que yo fui oyendo hicieron que la España de gris y negro se fuera transformando en otra España distinta; con su original y peculiar y genuina democracia que es la que disfrutamos hoy en día todos los Españoles. Y ¡Ahojala¡ dure muchísimos años.
FIN DEL CAPITULO 39º EL DIA DEL DISCURSO DEL MINISTRO FRAGA
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Un saludo de DON PEDRO JUNIOR (CONTINUARA)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

CAPITULO 38º EL DIA DE LA MATANZA

anacartov me escribe:
Registrado: 01-11-2009
RE: No me publican mi escrito
Ojalá le pudiera leer esto y el me entendiera, pero la enfermedad le hace estar en su mundo, en el cuál es feliz. Gracias y sigue contándonos historias. Un saludo
Ip Registrada - Condiciones de uso.

Anacartov: Me apena mucho oírte decir lo que me pones. Mi pobre madre también estuvo en ese mundo desconocido. Por eso entiendo muy bien lo que me dices.
Pero estoy segurísimo; que si le lees despacito, cerca del oído los capítulos que yo escribo. El te seguirá y hasta recordara todos esos episodios que pasaron en nuestro pueblo.
Santiago: aquí llevas otro Capitulo para que te pongas pronto bueno y puedas invitarme a una copa de vino blanco como lo hicisteis la última vez que nos vimos en el mostrador del Casino Central.

CAPITULO 38º EL DIA DE LA MATANZA
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Por San Martin le llegó la hora al cerdo que habíamos criado en casa con los desperdicios o materia orgánica y con ayuda de algún pienso y de algún saco de bellotas que le traía mi padre del Repilao.
El animal cuando joven lo castraba un profesional castrador. Esta operación se llama (capar). Y cuando ya había conseguido su peso prudencial del quintal o más. Se le sacrificaba con ayuda de varias personas.
El espectáculo comenzaba a las cinco de la madrugada. Antes de que saliera el sol y vinieran las moscar y avispas o sotarraño: (Avispas que viven en agujeros hechos en el suelo de la tierra y no en paneles como las más comunes).
Mi padre ponía sobre una mesita una botella de anís para las mujeres y otra de aguardiente de Zalamea para que los hombres se hicieran palomita. (Aguardiente y un poco de agua). También ponía una botella de coñac Terry y unos roscos de azúcar y rosas de miel y pestiño y perrunillas.
Allí tan temprano la gente que acudían eran los vecinos y otros se enteraron porque el día anterior se había corrido la voz. Unos venían a sueldo y otras eran pagadas con especies del mismo cerdo.
Todos degustaban de lo que mis padres habían puesto en la mesa.
Y en el fuego de la chimenea había un puchero de barro que siempre tenía café para todo el que quisiera tomarlo.
Al cochino lo cogieron por las orejas y otros por el rabo y arrastrándolo se le obligaba a que se tumbara sobre un ancho tablero que estaba sobre una altura de medio metro o más del suelo.
El animal chillaba más que un condenado y se extendían y escuchaban los ecos por tódo el pueblo.
Una vez allí el matarife le clavaba un cuchillo de hoja ancha y con doble filo en el cuello aproximándose hacia la altura de la paletilla. Y no dejaba de salir sangre que caía en un barreno de cerámica; a la vez que no se le dejaba de dar vueltas con la mano; para que no cuaje y quede como un taco. Una vez movida queda siempre liquida.
Esta sangre vale después para fabricar la morcilla de lustre y las otras morcillas.
El animal al perder su sangre moría. Y procedían a ponerlo en el suelo. Que con retamas de aulaga ardiendo se le chamuscaban todos los bellos al animal.
Aquello desprendía un olor característico que se metía por los orificios nasales y los nervios olfativos lo retenían mucho tiempo.
Una vez que estaba total mente raspado y sin un bello; se procedía a ponerlo sobre una gran mesa, de fabricación casera algo tosca pero fuerte. Y el matarife rajaba en canal al animal sacándoles las tripas y poniéndolas en una tina grande de zinc.
Luego el profesional sacaba las pajarillas el hígado los riñones las asaduras las castañuelas las presas y cogía una muestra y me decía mi padre: corre y ve al veterinario y le das esto y te espera a ver que te dice.
El veterinario se llevaba los trozos de carne para dentro y con un microscopio examinaba aquellos dos trozos de carne que yo llevaba liados en un papel de estraza; tratando de localizar la figura del virus de la triquinosis.
¡Papá¡ me ha dicho el Veterinario que esta bueno y que se puede comer.
Todos aplaudieron y empezaron a poner trozos de presa de carne sobre las brasas la pajarilla los secretos las castañuelas y con una bota de vino masticaban todo el mundo y comían.
Los niños saltábamos y también picamos lo que nos daba mi madre.
El matarife cortaba la cabeza y le sacaba los dos ojos con la punta del cuchillo y me los entregó con su gelatina que le colgaba. Yo le di uno a mi amigo Miguel Ángel y otro a mí.
Cogimos y lo lanzamos sobre la fachada pintada de cal de mi patio a 4 metros de altura muy cerca de las dos ventanas del doblado y se quedaron pegados a la pared y colgados hacia abajo como si quisiera mirarnos. Donde quiera que giráramos; allí estaba esos dos ojos mirándonos.
Luego nos dieron la vejiga de la orina y la llenamos de aire soplando; y le hicimos un nudo. Creando una perfecta pelota de Futbol. Allí improvisamos un partido de (futbol sala) entre todas mis hermanas y nosotros.
Mi padre ponía en la chimenea del tinao un gran perol de latón colgado de la cadena y ponía los trozos de manteca (pellas) fabricando con esto los ricos chicharrones.
Dos hombres sobre una ancha tabla; Cada uno con dos cuchillos largos cortaban haciendo sic zas con las muñecas a lo ancho de la tabla y lograban poner los trozos de carne y tocino mas menuditos.
Todos estos trocitos se echaba sobre un barreño de cerámica y allí se le añadía y el pimentón rojo los granos de pimienta negra etc. Y se le cubría con un paño; para que reposara y al día siguiente se procedía a embutir en las tripas que traía mi madre lavadas con la ayuda de María Luisa, desde la ribera de Galaroza.
La carne picada se metía en las tripas con unos embudos fabricados de hojalata, de ahí el nombre de embutidos.
Y ahí participe yo dejándome María Luisa que me fabricara mi chorizo. (Como siempre queriendo ser explorador y participante en todo).
En esta operación participaba la buena de María Luisa la de Gómez de la calle Portugal (q en p. d.) y su hija la mayor.
Estas mismas operaciones se hacían también con las morcillas. Que la que más me gustaba a mí era la de Lustre.
Los dos lomos se metían cada uno en una tripa y formaban el llamado lomo embuchado o Caña de Lomo.
Luego vendrían los morcones etc.
Y los jamones se le sacaban la sangre de la vena y se enterraban en sal en el suelo del fondo de la bodega.
Allí en aquel sitio también se ponía la panceta y el espinazo. Y una orza de cerámica llena de puntas de solomillo y trozos de carne enterrados en manteca blanca. Que antes habían sido pasadas un poco sobre el perol con aceite de oliva.
De este animal se aprovecha todo y se convierte es una despensa de una familia que cuenta con un aporte de proteínas garantizando pasar con este pequeño almacén un año más placentero. Y consiguiendo pasar más liviano el duro invierno de la sierra.
FIN DEL CAPITULO 38º EL DIA DE LA MATANZA
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO DE JABUGO EN 1950.
Un saludo de DON PEDRO JUNIOR (CONTINUARA)