sábado, 7 de agosto de 2010

CAPITULO 2º LA AUTOPSIA DEL NIÑO AHOGADO EN LA RIVERA DEL CASTAÑO. DEL LIBRO: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO EN JABUGO EN EL 1950

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PUBLICADO EL DIA 24/04/2010
CAPITULO 2º LA AUTOPSIA DEL NIÑO AHOGADO EN LA RIVERA DEL CASTAÑO. DEL LIBRO: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO EN JABUGO EN EL 1950

Luego vino la autopsia del niño. Practicada por el médico forense y varios más también entre ellos don José el médico de Jabugo que trabajaba en el dispensario de Jabugo. Todos vestían bata blanca realizaron sus actuaciones en una habitación muy pequeña que tenía el cementerio cerca de la reja de entrada.
Mi madre que era practicante y matrona del pueblo no recuerdo haberla visto allí. Porque de haber sido así no me hubiera atrevido ni acercarme al quicio de la puerta.
Allí estuve yo merodeando entre muchos curiosos; Como siempre el más osado, que con el arrojo que me caracterizaba y que iba cada vez en aumento por tener gran pasión hacia las emociones fuertes, (todo en esta vida es cuestión de ejercitarlo), Con este comportamiento o actitud me hacia distinguirme de los niños de mi generación.
Tan pronto me veías jugando con niños de la sociedad alta como con el más humilde del pueblo.
Siempre me he llevado bien con todos. Porque me conducía bien con ellos.
Esa postura era difícil llevarla a cabo pero yo la ponía en práctica y todos me admitían.
Confieso que para mí era y es muy fácil hacerlo y te aseguro que llegas aprender mucho de todos.
Allí estaba yo cerca de la entrada husmeando queriendo enterarme de que le hacían al pobre y des afortunado niño ahogado.

Ni que decir tiene que no me encontraba dentro con los facultativos, indudablemente a un mocoso de 6 o 8 años era evidente que no le dejaran entrar a curiosear. (Menudo guantazo se hubiera llevado en aquellas fechas)

Aunque ya de antemano sabíamos más o menos por los rumores que corrían de unos a otros. En qué consistía la autopsia y precisamente por ello me llamaba mas la curiosidad y escurriéndome como una anguila logre llegar cerca de la entrada donde me quede en cuclillas al lado de la puerta, queriendo ver algo por entre las bisagras y solo pude escuchar los golpes de martillo que aún resuenan en mi mente y luego después al no poder ver nada entre tanta bata blanca, la imaginación puso todo el resto.
Fin del Capitulo 2º LA AUTOPSIA DEL NIÑO AHOGADO EN LA RIVERA DEL CASTAÑO. DEL LIBRO: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO EN JABUGO EN EL 1950
UN SALUDO DE DON PEDRO JUNIOR (CONTINUARA)

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