Capitulo 10º (PRIMERA PARTE) El prestidigitador del Casino Central. Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO EN JABUGO DE 1950
¡Oye Maqui ¡ vistes al muchacho El Mago Navaja que ha venido de Barcelona y nos ha hecho a todos los que estábamos allí. Una exhibición de prestidigitación con sus juegos de magia y de ilusión.
¡Allí ¡¿Dónde?
En el casino
¡Ah! allí no entro yo¡. No hay más que niños riquitos y señoritos de mucho postineo que se lo tienen todo creído.
Hombre no será para tanto.
Si porque se ponen delante de ti y te dicen que te vayas porque no vistes adecuado al lugar y te dicen los repimpli: Que mi padre no es socio del casino. No te dejan sentarte en las butacas de mimbre y te dicen que te levantes y le cedas los asientos a otro mayor que venga. Total que te sientes fuera de lugar e incomodo, y para estar mal prefiero no entrar allí.
Después viene Germán y me da un servilletazo en el culo para que me levante.
¡Hombre¡ Pero no será para tanto: Si Germán y su mujer son muy buena gente.
Si será para ti; que tu padre es socio y paga.
Bueno pero eso no tiene nada que ver.
Mi padre tiene el carnet de socio nº 3 que tiene las pastas de color rojo. Pero eso es porque mi padre es muy mayor y habría muy poca gente en el pueblo; cuando se hizo el casino.
Además: Antonio Pedro. Mi padre tiene que entrar por la puerta de atrás donde están los villares y quitarse la boina y preguntarle a Germán si esta Don Manuel para que le pague el jornal.
Bueno pues si no estuviste; te lo voy a contar yo, lo que paso allí dentro: Estábamos casi todo los niños del pueblo y El Navaja se puso entrando en el salón del Casino Central; en la nave de la derecha, con dos maletas grande negra que traía muchos cacharritos dentro. Una copa de madera parecida al as de copa y que se le quitaba la tapadera y desaparecía una bola que tenia dentro y volvía a aparecer y una barita que le echaba polvos mágicos, y sacaba muchos pañuelos de colores, y de un tubo sacaba muchos ramilletes de flores artificiales que las tenia metidas dentro de ese tubo tan delgadito; Parecía que no se terminaba nunca de sacar flores del tubo.
Lo más difícil de aquellos juegos de ilusión y fantasía era que después de hacerte la magia, te enseñaba el truco dándote todo lujo de detalles para que lo vieras con claridad.
Eso no lo hace ningún mago, porque entre ellos, tienen hecho un código de no enseñar sus trucos y lo tienen prohibido.
Y sin embargo este quiso romper el código diciéndonos a todos los presentes. En qué consistía la magia.
Otro de sus trucos consistía en meter una bola de villar roja dentro de una cajita en forma de un exaedro o (cubo) que tenia sujeta con la mano derecha y mostrándonosla en el aire para que la viéramos. La caja estaba vacía y construida sus 6 caras iguales totalmente de cristal herméticamente cerrada; Una de sus caras era de un cristal negro y por consiguiente no se podía ver la palma de la mano que sujetaba a la cajita.
Se trataba de la cara de la caja donde estaba el truco.
El nos hacia entender que la bola de villar roja que tenia cogida con su mano izquierda, pasaría por el aire de esta sala y se metería dentro de la caja herméticamente cerrada.
Voy a hacerla pasar. ¡Atentos a la cajita! Y ordeno a la bola que entrara en la caja y que cerrara la puerta.
Pasaaa ¡Ya¡
Hizo un ligero movimiento con la mano y se veía que la bola del villar había desaparecido de su mano izquierda y se había encerrado dentro de la caja de cristal, dando la caja un portazo en seco que nos asusto.
Quedando todo el mundo impresionado. Y diciendo ¿Cómo lo haces?
Luego nos desvelo el truco y nos explico con todo lujo de detalles que por el lado oscuro de la caja; se abría una puertecita postiza que formaba el séptimo lado del cubo y que giraba de un lado hacia el otro dentro de la caja accionado por un resorte, cuando se le tocaba a un botoncito.
Ese lado o cara oscura era giratoria, tenia oprimida o estrujada una bola roja idéntica a la del villar pero de gomaespuma y del mismo tamaño color y textura.
Nadie pensaba que estuviera estrujada una bola de gomaespuma en esa caja.
Porque dentro, no se veía que hubiera aparentemente nada. Y tampoco habiamos visto nunca la goma espuma.
Para hacer desaparecer la autentica bola de villar de la mano izquierda, era muy fácil. Porque todo el mundo estaba atento mirando a lo que ocurría dentro de la caja y con el portazo que daba con el resorte y la puerta giratoria dejaban atónitos al espectador. En el mismo instante del golpe era cuando la escondía entre todos los trapos y chismes que tenía en lo alto de la mesa. Y no se daba nadie cuenta de la rápida maniobra. Todo pasaba en centésimas de segundos.
También nos enseño muchos más con la barita mágica de color negro y las monedas que desaparecía y volvía a aparecer y los naipes que lanzaba y se quedaban uno pegado a la pared. La misma carta que habia elegido uno de la sala.Estuvo todo muy entretenido y muy mágico.
El domingo pasado vi la película en blanco y negro de Los tres mosqueteros (!todos para uno y uno para todos¡) en el cine de verano que echaba el electricista Tavira allí abajo en el callejón cerca de donde vive Irene la pelaespiga.
Por ese callejón dicen que en los años de la guerra venia un fantasma tapado con una sábana blanca y se metía en algunas casas a acostarse con las mujeres menesterosas del pueblo que dormían sola y eran viudas de la guerra o solteronas que no encontraban novio.
Fin del Capitulo 10º El prestidigitador del Casino Central. Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO EN JABUGO DE 1950
(Un saludo de Don Pedro Junior) (CONTINUARA)
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