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dedetruakRegistrado: 12-04-2010
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RE: No me publican mi escritoBuenas tardes Antonio Pedro:
No desespere cuando no vea sus escritos publicados, no parece que usted se dedique a ofender en sus comentarios; probablemente no aparezcan publicados por un problema en la red. A mí me ha ocurridos varias veces, después de darle a enviar, me sale que hay un error en el envío o en otras ocasiones puede haber perdido usted la conexión momentáneamente.Mi consejo es que compruebe antes de enviar que sigue conectado o que copie lo que ha escrito así si tuviera que volver a escribirlo, solo le tendría que dar a pegar.
Siga contando cosas de aquellos años, seguro que a muchos les gustará leerlas, aquí cada uno cuenta lo que sabe o lo que la memoria le ha permitido conservar. Díganos quiénes eran sus amigos, si los recuerda y con quién iba al colegio.
Por cierto, ¿sigue yendo usted por Jabugo?
REPUESTAS A LAS DOS ULTIMAS PREGUNTAS QUE HACE DEDETRUAK:
No me publican mi escrito
Publicado él: 23/04/2010
Respondiendo a dos preguntas de dedetruak
! Hola ¡dedetruak nº de asignación 075 Buenas preguntas, van muy bien dirigidas y directas a dar en la diana. Se nota que entiendes el cotarro. Voy a responderte a esas dos preguntas que me haces.
La 2ªhe de decirte que ¿Cómo no voy a ir a mi pueblo? ¿Quién me lo va a impedir?
Además tendré que ir al menos para recoger el libro que pretendo terminar. Siempre y cuando no le arranquéis más paginas. Porque de seguir así, solo recogeré las dos cartulinas y el gusanito que las une.
Hombre dejaros de tanta censura que cada vez se vais pareciendo más aun régimen totalitario que viví durante cerca de 50 años. Está bien que pongáis un filtro pero no tan fino que no dejéis pasar nada de nada. La maya que le pongáis al filtro que no sea de una micra y que se parezca más a un colador y pueda pasar el grosor de un grano de café de vez en cuando. Porque al fin y al cabo solo os estoy contando verdades que no creo que se repitan y que yo vi con los ojos de un niño de menos de 10 años de edad y en circunstancias especiales.
A esos diez años habría que quitarle algunos años que estuve en la cuna con el chupete y los que anduve a gata o con el “Taca Taca” y el noveno que estuve interno en Los Salesianos de La Santísima Trinidad en Sevilla Capital. Total se quedarían en cinco o seis escasísimos años. Pero muy intensos y que se quedaron grabados en la impronta del celebro estrenando mi disco duro.
He oído decir a Colegiados que el celebro se va haciendo y queda totalmente hecho hasta los 7 u ocho años y que ya todos los años posteriores son de ensayos y adiestramiento con la disciplina la educación y ciertas prácticas que lo van guiando para su ensanchamiento Puesto que “El hombre no nace sino que se hace” y los 7 primeros años son sus cimientos y de vital importancia.
Por favor no le peguéis a un niño, ni lo humilléis ni lo castiguéis ni lo ignoréis. Sino todo lo contrario. Decirle que es el mejor que es un campeón y observar a diario su comportamiento y que siempre se sienta a gusto en su casa y no quiera estar viendo la rendija de la puerta para salir pitando como alma que le persigue el diablo.
Dejad que viva su niñez que es la etapa más bonita en la vida de un ser humano.
En una ocasión fui invitado a una comida o caldereta de cordero suculentamente condimentada que elaboro en un recipiente enorme fabricado de la transformación de un barril de cerveza CRUZ DEL CAMPO de acero inoxidable con 4 enormes asas que se cocinó en una huerta de a las afueras de Galaroza y el Propietario o anfitrión de dicha fiesta se portó divinamente con nosotros. Tanto que yo complacido quise agradecerle el gesto diciéndole que le invitaba a que viniera un día a mi pueblo señalándole lo cerca que se veía desde allí abajo. Y él me respondió que de ir a Jabugo tendría que venir yo a llevarlo.
No le entendí muy bien pero, recapacitando la respuesta aquella quiero interpretar que el solo no entraba en el pueblo.
A mí no me hace falta decir eso puesto que mi pueblo es y seguirá siendo mientras yo viva el de Jabugo y no necesito que nadie me lleve de la mano para entrar en él.
Me siento muy orgulloso de ser del pueblo que se ve escrito en mi carnet de identidad vitalicio. Y se me ensancha el pecho cada vez que lo nombro.
De la 1ª pregunta he de responderte diciendo que no te voy a poder decir los nombres y apellidos de todos mis amigos más íntimos. Yo formaba parte de aquella fecha y mis amigos eran todos los que estábamos en la Escuela Nacional con Don francisco Baeza en aquellos años.
Aunque no sé porque me da la impresión que me estas preguntando por mis amigos mas íntimos y he de decirte que si de verdad quieres que acepte las reglas de juego no debo decir nombres ni motes ni apellidos puesto que ya está demostrado que no estarías dispuesto a que pasara por el tamiz.
No importa para ello ya tengo la solución: A mis cuatro inolvidables amigos que me enseñaron a andar por la montaña y a leer sobre mi trozo de suelo de mi Sierra Morena les he puesto un nombre ficticio a cada uno y así se llamaran el 1º El Maqui el 2º El Falino, el 3º El Perole y el 4º El Chinorri. Todos irán apareciendo en los capítulos sucesivos según valla narrándolos.
Estos personajes que tanto admiro procedían de gente muy humilde del pueblo y sus padres eran braceros o jornaleros o de profesiones mal remuneradas.
Fueron mis amigos de batalla y yo era su compinche y su confidente y uno más entre ellos.
Éramos los niños que les gustaba la calle y por razones obvia huíamos de nuestras casas. Bien porque estaba ocupada por muchas hermanas o porque tanto padres o madres estaban atareados u ocupados en otros quehaceres (trabajo para traer el sustento) y no tenían tiempo para dedicarle la atención debida que mereciera un niño de nuestra edad.
Antes los niños de aquella fecha se podían criar en la calle porque por no haber no había ni el peligro de los coches que existe hoy en día.
Huíamos de los demás niños mejor acomodados que nos miraban con desprecio cuando teníamos las rodillas y codos ensangrentados y pequeños bultos que nos salían en las ingles y los sobacos llamadas “secas”. Eran consecuencias de caídas y golpes y con las manos ennegrecidas de hacer y fabricar cosas como jaulas para grillos de los flejes oxidados que encontrábamos en el Bacie de junto a las escuelas e infinidad de cosas más.
Nuestros cuerpos eran muy delgados pero todo una fibra porque la grasa no le dábamos tiempo a que se acomodara en nuestras carnes debido a que las quemábamos saltando y dando brincos por entre los riscos y los arboles de morera del Tiro. “Cuidado que viene el Tío Pio con el bastón” En definitiva nosotros íbamos a nuestro rollo sin importarnos nada ni nadie.
Bueno ya vale por hoy (Que después me decís que os canso con tanto escrito) Un saludo de Don pedro Junior
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