CAPITULO 5º MI AMIGO EL MAQUI 6ª PARTE
Arrancábamos un tallo de avena seca e íbamos cogiendo con mucho cuidado de no pincharnos ni arañarnos la piel. Ensartando una a una las moras negras de la zarza mora, que de vuelta a casa nos las íbamos comiendo. Dejábamos en el arbusto las de color rojo para que mañana estuviesen maduras y nos comíamos las más maduritas de color negro brillante.
Teníamos las manos y las uñas manchadas de color negro y nos la lavábamos en cualquier charco o en la pisada de una mula que encontrábamos de vuelta a casa para almorzar. Muchas veces se nos quitaba el apetito, pero no había más remedio que comérselo todo, pues a la fuerza te obligaban a convertirte en un zampabollos y cuando digo todo digo todo es comérselo todo sin dejar una migaja, porque la comida era una cosa muy sagrada y no se podía desperdiciar nada; el plato tenía que quedar totalmente limpio y reluciente.
La verdad era que nosotros siempre teníamos hambre a todas horas y lo más curioso de ello era que: aunque por mucho que comiésemos nunca nos poníamos gordos como están ahora los niños con las hamburguesas y las comidas rápidas de los Burguer King.
Lo que si estábamos era muy finitos de cuerpo, pero con mucha agilidad, de tal manera que nuestra gordura se gastaba en el ejercicio diario de saltar por entre aquellos riscos.
La escasez de alimentos existía en algunas pobres casas, porque lo que si había era una evidencia de clases sociales entre pobres y ricos bastante acentuada.
Ahora somos todos clases medias que pagamos nuestros impuestos, Aunque dentro de esas clases medias había que especificar que hay muchas clases que no se ven porque permanecen opacas.
Pero en la década de 1950. Si que era evidente las dos únicas clases que había: Una que era la que existía y otra que subsistía o resistía. (Ricos y pobres) y mucha incultura.
Mi madre cuando me daba un emparedado o bocata de chorizo casero con rebanada de pan grande redondo de pueblo, me decía: ¡niño¡ ¡no salgas a la calle comiendo¡ que es falta de educación , y hay muchos niños que no tienen emparedado de chorizo para comer como tú. Así que a comértelo aquí dentro de casa.
En el tiempo de la castaña sabíamos cuales eran el castaño que daba sus primeros frutos antes que ninguno, allá por San miguel el 29 de Septiembre el patrón del pueblo. Pero las castañas por esa fecha todavía están verdes aunque muy fáciles de pelar y de quitar su camisa blanca que las envuelven.
Sobre esa semana de San miguel siempre uno o dos días llovía muchico. Es el comienzo del otoño. Estación del año en que las hojas cambian del color verde a otras gamas de colores más vistosas.
Cogíamos las nueces antes de que estuvieran maduras y la cáscara de su cofre aun verde nos dejaba los dedos de las manos llenas de un color verde que pasado diez o veinte minutos se tornaba a muy oscuro como si hubiéramos estado dando betún a unos zapatos negros.
Poco tiempo después ya empezaban a abrirse los erizos de los castaños y caían al suelo sobre la arcilla roja y humedecida por las lluvias reciente del incipiente otoño.
La arcilla roja es la que emplean los alfareros que ya os he dicho y que son los que fabrican los estupendos piporros que traen los extremeños para venderlos; pregonándolos por las calles del pueblo y que nos proporciona el agua tan fresca en verano.En el pueblo de abajo que se llama Galaroza emplean estos bucaros para mojar con agua a todo ser viente que se le ocurre ir a la Fiesta del mes de Julio.
Cuando se usa por primera vez, se le solía echar en el agua una copita de anís seco o aguardiente del Alosno o Zalamea o de Cazalla y ya quedaba el piporro totalmente curado y en perfectas condiciones para ser usado
Capitulo 5º Mi amigo El Maqui Fin de la 6ª parte. Un saludo de (Don Pedro Junior)
(Continuara)
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