CAPITULO 20º (3ª parte) de: LA FINCA DE VALDELACANA Y MI ABUELO PEDRO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO EN JABUGO EN 1950
Quisiera hablaros en este Capítulo de mi Gran abuelo materno y padrino mío.
Permitirme que os cuente algo de mi bonachón, sanote y hombre de buen trato: Mi abuelo Pedro Domínguez de Hinojales.
Este hombre es Pedro Domínguez Heredia. Un Gran Hombre: sencillo bueno noble honrado y lo que se dice: “buena gente”.
De profesión labrador de tierras en arriendo.
Cicerón (marco julio) dijo: De todos los oficios lucrativos, ninguno más digno, más productivo y más agradable para un hombre libre, que la agricultura.
Cicerón (marco julio) también dijo: el hombre que cultiva su campo no piensa en hacer mal a nadie.
Los restos de mi abuelo reposan en su pequeño pueblo con sus paisanos de Hinojales que saben como era su persona. Yo llevo orgulloso su nombre en honor a él. Así quisieron mis padres ponerme en Jabugo, cuando me cristianaron en la pila de la Parroquia de San Miguel con el nombre de Antonio Pedro.
Mi abuelo era muy campechano abierto al dialogo y muy tolerante en el trato.
Los gitanos que errantes todos los años acudían al vecino pueblo de Fregenal para cumplir con su fe a un ritual de romería que, ellos tienen allí.
Al pasar por los caminos de hinojales, se acercaban a la casa del que ellos le llamaban El Tío Pedro y dando grandes voces le llamaban. ¡Tío Pedro¡ ¡tío Pedro¡
Muchas veces tenía que salir su hija la mayor (mi Madre) por la tapia del callejón que daba a la trasera de su casa diciéndoles: El Tío Pedro está loco y no se puede hablar con él.
Y entonces las gitanas salían huyendo y corriendo la voz gritando: ¡Esta loco . El Tío Pedro está loco ¡y así lo dejaban tranquilo. Porque mi abuela Teófila que era la que mandaba en aquella casa ya estaba hartita de que hicieran con él; Tantos tratos de cambalaches de burras y mulas y tiestos de cobre que la mayoría de las veces le engañaban.
Pero él insistía en charlar con ellos. Diciendo: que lo pasaba muy bien y que no tenían malos sentimientos, que solo había que conocerlos y tratarlos con buen tacto y no ignorarlos como si no fuesen de personas como todos nosotros.
Mi abuelo me cantaba canciones de los buenos cantes de trilla que a él le gustaba tararearme.
Le gustaba la copita de aguardiente por la mañana y Teófila le escondía la botella para que no la viera.
En el pueblo eran bien conocidas las graciosas tajas de mi abuelo. Cuando volvía de vuelta de la taberna para su casa dando camballas de una acera a otra, los paisanos les decían: -¡Pedro valla “Pea” guapa que llevas hoy¡ y mi abuelo le respondía: - po seguro que Teófila cuando llegue le saca algún defecto.
Mi abuelo era agricultor de finca pequeña olivares en arriendo la finca de Los Torilones, etc.
Le costaba mucho trabajo ahorrar para poder tener alguna dinero y comprar alguna tierra. Eso solo lo podía hacer Teófila cuando le retenía algún dinero, porque a mi abuelo le duraba muy poco lo que tuviera en la faldiquera.
Crió a siete hijos. Seis hembras y un barón. Y según le oí decir muchas veces: ¡Los he criaos a toos juntito como las pipas en la calabaza¡.
Durante nuestra pasada guerra, mi abuelo Pedro estuvo a punto de haberlo matado un piquete de los que venían buscando por aquellos pueblecito a los conflictivos del lugar que habían sido simpatizantes de los llamados rojos.
A mi abuelo lo metieron en la cárcel de Hinojales, porque un hombre político que atraparon huyendo por los campo había pasado antes casualmente por donde se encontraba mi abuelo trabajando en el olivar que tenía alquilado y le pidió comida y algo para taparse y mi abuelo que tenía el corazón más grande que lo normal, se le ocurrió darle su manta y cuando este fugitivo le capturaron para ejecutarlo. Lo primero que se le ocurrió decir fue: Devolverles esta manta a Pedro Domínguez que es suya.
Lo acusaron de ayudar al enemigo.
Lo iban a sacar para ser fusilado de no haber sido por la intervención de un sobrino que vino corriendo, al enterarse desde Arroyo Molino de León. El era medico de ese pueblo y pudo demostrar a los ejecutores que su tío era un pobre hombre y que no sabía nada de políticas que solo era un honrado trabajador del campo con siete hijos que tenía que criar.
Tuvo mucha suerte y se salvo del fusilamiento. Otros muchos no lo consiguieron.
Aunque dicen que en aquel pueblecito de muy pocos habitantes no mataron a nadie porque todos eran de la misma clase social y tenían un buen alcalde que los defendió a todos diciendo que allí no había ni Trosquista ni Marxista ni Leninista ni Estalinistas y nadie sabe de socialismo ni de comunismo ni de sindicalismo y que todos absolutamente todos, vivían de su subsistencias que producen en el campo y en los pequeños huertos de los remansos de aquellas riveras en paz y buena armonía y hermandad y unidos en la fe por una imagen milagrosa que ellos tienen y que se llama: La Virgen de Tórtola.
Luego pude corroborar a través de un libro que vino a mis manos. Que sí que hay varios hombres de Hinojales que fueron victima de aquella guerra fratricida, aunque realmente no lo fueron durante la tregua de los tres años que duro la guerra civil en las crueles “sacas” o “paseos” sino posteriormente en la cárcel de Ranilla que estaba en Sevilla capital.
Estos hombre según dice el libro de Mª Victoria Fernández Luceño Licenciada en Historia y Catedrática de Geografía e Historia. Cuyo título es Miseria y Represión en Sevilla (1939-1950) de la editorial Taller de Editores Andaluces, S.L. Patronato del Real Alcázar de Sevilla Ates Graficas Cofás, S.A. dice en sus páginas 304 y 397 que hubo dos presos de Hinojales uno llamado Elías Delgado Jiménez de profesión albañil con 55 años de edad y otro llamado Víctor Serrano Ligero de profesión campesino con 53 años de edad.
El libro también hace mención en la página 397 de: Teodoro Sánchez Delgado de Hinojales (Huelva) hijo de Jacinto y Amadora de 45 años de edad, casado con Josefa Benítez Molina con un hijo, de profesión labrador con instrucción elemental y que el día 1-11-1939 ingreso en PPS (prisión provincial de Sevilla, llamada La Ranilla) procedente del Campo de Concentración de Cáceres, entregado por la Guardia Civil en concepto de detenido a disposición del general jefe de la 2º región militar Queipo de Llano. El 30-5-1939 asistió al CGS (consejo de guerra sumarísimo) y el 4 -6-del 1939 fue entregado a las fuerzas de orden público para el cumplimiento de la sentencia a pena de muerte.
Primero eran conducidos a los Campos de Concentración y desde allí eran llevados a la cárcel, un número importante de ellos. Después de ser ratificada su prisión por el auditor militar de guerra, eran conducidos de inmediato al CGS (Consejo de Guerra Sumarísimo) que dictaba la sentencia de pena de muerte y el general de la 2ª Región militar que, finalmente mandaba el cumplimiento de la sentencia, después de que llegara la ejecutoria del Estado Mayor del Generalísimo. Estos documentos llegaban siempre con carácter de urgentes y secretos.
Mis padres me llevaron a ver a mis abuelos en Hinojales y el viaje se hizo en autobús y por los pueblos de Cumbres de en Medio y Cumbres Bajas y Arroyo Molino de León El autobús era de madera y sin cristales en las ventanas, solo unas cortinas de color caqui.
Iba más lento que el caballo del malo.
Todo el camino era de terraplén con guijarros sueltos y no se podía llamar carretera. Aunque era la única que había.
Desde la ventanilla pude contemplar en los profundos barrancos donde se podía ver a ramilletes de flores rosas procedente de las amargas adelfas que adornaban todos los ríos.
De vez en cuando salían bandos de perdices volando que cruzaban tranquilamente la carretera, como sabedoras de que nadie les hacia ningún daño.
También se veían conejos, corriendo apresuradamente para meterse en sus cuevas que estaban en la cuneta.
La milagrosa Virgen de Tórtola es la patrona de Hinojales. Esta es su virgen y la sacan de su iglesia sus paisanos que tanta devoción le tienen.
Un día de la patrona del pueblo, allá en los finales de los años 70. Fui al pueblo de mi Madre y les hice dos fotos que conservo. Y quisiera que la veáis. Para ello tenéis que dar clic con el ratón y poner: arriba en internet en Favorito antonsandom@gmail.com que es mi blog Don Pedro Junior.
Una es la Virgen de Tórtola saliendo en procesión de su parroquia. La iglesia de hinojales tiene un bonito pórtico y dentro se pueden apreciar hermosos lienzos de grandes e importantes pintores
La otra foto es de Los danzantes que van delante de Ella y dan giros y saltan al son de un tamborilero y su flauta.
La danza es antiquísima y se ignora sus orígenes posiblemente se trate de los siglos 13 que las trajeron los asturianos y leoneses al reconquistar estas tierras por aquellas fechas y obligando a que se convirtieran al catolicismo a todos los moriscos que llevaban siete siglos aquí en el Al-Ándalus.
La danza se hace solo en honor a su patrona y está realizada solo por hombres de Hinojales. Que transmiten la sucesión de padres a hijos y se sienten orgullosos de pertenecer a estas costumbres serranas tan arraigadas en su pueblo.
CAPITULO 20º (fin de la 3ª parte) de: LA FINCA DE VALDELACANA y MI ABUELO PEDRO
Del libro: AUTOBIOGRAFIA DE UN NIÑO EN JABUGO EN 1950
UN SALUDO DE DON PEDRO JUNIOR (continuara)
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